La Meditación es salud y evolución
Hay muchas razones por las que tod@s deberíamos meditar a diario o al menos utilizar herramientas de discernimiento, presencia y desapego en nuestra vida cotidiana.
La razón más evidente es nuestra salud física y mental. La Meditación contribuye activamente en estados de bienestar psicofísicos además de crear escenarios y espacios para el regenerado, equilibrio y ajuste de los sistemas del cuerpo y nuestro cerebro.
Otra de las razones, esta menos evidente, es el desarrollo y liberación de muchas de las cualidades de nuestra mente. Muchos de nosotros podemos pensar que el ser humano es más o menos como lo conocemos, que tod@s en cierta medida tenemos las mismas capacidades.
Esta es la razón por lo que la mayoría se conforma con ser como es y vivir con las capacidades mentales al 10%.
Todos sabemos que si entrenamos nuestro cuerpo físico este se desarrolla y mejora sus cualidades, según el entrenamiento específico que hagamos. Lo que no sabemos, o no tenemos en cuenta, es que nuestro cerebro también puede entrenarse y que nuestra mente puede evolucionar de forma exponencial según nuestros hábitos y la calidad de ese entrenamiento.
Pues bien, la Meditación, entre otras muchas herramientas, es ese entrenamiento.
¿Qué conseguimos Meditando?
Al principio conseguimos bajar el ritmo y la cantidad de pensamientos en nuestra mente. Nuestro Sistema Nervioso se apacigua y nuestro cuerpo se relaja.
La percepción de la realidad y las circunstancias amplia su perspectiva y aclara su visión.
Comenzamos a comprender mejor las cosas y a valorar más aspectos o variables, mejorando nuestra capacidad de toma de decisiones.
Nuestro estado de ánimo disminuye en intensidad y varía el espectro emocional hacia la alegría, el contento o la satisfacción.
Seguramente nos relacionemos diferente con los demás y reaccionemos menos ante comentarios o hechos que antes nos alteraban.
Comenzaremos a ver nuevas posibilidades y atenderemos a aspectos de nuestra vida que posiblemente hayamos desatendido y son importantes, familia, autocuidado, hobbies, naturaleza...
Si continuamos meditando, nuestra mente comenzará a liberarse de velos y distorsiones que no dejaban percibir algunos detalles sutiles de nuestro día a día. Será momento de comenzar a percibir sincronicidades, causalidades, intuiciones y muchos otros aspectos de una dimensión más sutil o espiritual, más allá de la mente racional o el formato basado en causa y efecto lógico.
Este será quizá el punto de inflexión para que la meditación nunca abandone tu vida, ya que gracias a tus prácticas, has podido experimentar una realidad que para ti es más auténtica que la que siempre experimentaste. Más cercana a tu esencia y que te permite RECORDARTE tal y como fuiste siempre en tu origen, sin velos, sin personajes, máscaras o disfraces.
No hay nada más liberador que saber quien eres.
Ahora, meditemos!
Gracias por tu tiempo y presencia.
Alberto Escobar